sábado, octubre 20, 2007

LA MEJOR PELÍCULA DE LA HISTORIA

Desde la pasada semana, la redacción de un suplemento dominical se ha propuesto realizar un homenaje al cine, con una serie de fotografías y una invitación a participar en una encuesta que dirima cuál ha de ser, a juicio de los participantes, la mejor película de la Historia. Particularmente considero que esta propuesta supone una labor harto difícil para aquellos que amamos el cine. En mi caso me resulta totalmente imposible escoger un único film, porque son demasiados los que considero "la mejor película de la Historia". Son tantos los que me han emocionado y me han dejado boquiabierta con sus logros... Decididamente NO; no soy capaz de votar, pero aquí os dejo la dirección por si alguno se atreve:
Por cierto, el reportaje fotográfico que se adjunta, protagonizado por las estupendas fotografías de Annie Leibovitz, es una especie de fotonovela, ya que, a partir de las imágenes, Nathaniel Rich, Jim Windolf y Bruce Handy, elaboran un guión que no logra estar a la altura de su inspiración. A destacar la fotografía de la portada del dominical, puro homenaje al arte de Tamara de Lempicka. Realmente conseguida (y hermosa).

martes, octubre 16, 2007

TOCADO Y HUNDIDO

"En aquel entonces era difícil saberlo. Uno va al cine o al teatro y vive su noche sin pensar en los que ya han cumplido la misma ceremonia, eligiendo el lugar y la hora, vistiéndose y telefoneando y fila once o cinco, la sombra y la música, la tierra de nadie y de todos allí donde todos son nadie, el hombre o la mujer en su butaca, acaso una palabra para excusarse por llegar tarde, un comentario a media voz que alguien recoge o ignora, casi siempre el silencio, las miradas vertiéndose en la escena o la pantalla, huyendo de lo contiguo, de lo de este lado. Realmente era difícil saber, por encima de la publicidad, de las colas interminables, de los carteles y las críticas, que éramos tantos los que queríamos a Glenda". (Queremos tanto a Glenda, Julio Cortázar).
A partir de esta semana que apenas empieza se nos escapa una oportunidad de repetir este ritual tan bien descrito por Cortázar. El último pequeño cine de esta ciudad cierra sus puertas privándonos de todo a los que solíamos acudir a sus sesiones de películas que se escurrían entre los conductos más comerciales de las multisalas. El cine Dúplex desaparece, al igual que hicieron ambos Novocine, siguiendo el ejemplo de salas míticas (y espaciosas) como fueron las del Avenida, el Mary, el Xesteira...
La últimas películas que he visto aquí las he disfrutado (o no) en el Dúplex, y ya la mirada del encargado hacía presagiar este the end. Por sus ojos, y porque era la única espectadora de las dos salas, entendía que o bien me agradecía que siguiese siendo fiel a esas paredes que encerraron tantos sueños, o bien me odiaba porque le hacía poner la película por los míseros 4,50 que costaba la entrada (que no son moco de pavo, no señor, pero en comparación con lo que se estila por ahí...).
Quede constancia de lo que está pasando por aquí, de que cada día me siento más sola en mi lucha por tratar de ver cine de calidad. Me quedan las pocas sesiones que nos "regalan" los ciclos salvíficos de ciertas cajas de ahorros que permiten presenciar, entre permanentes y cardados, joyas que aún se consideran merecedoras de ser proyectadas. Buenos vamos.

martes, octubre 02, 2007

RAÚL ARÉVALO





Desde hace algún tiempo considero que este chico se merece un post para él solito. He hecho comentarios de la mayoría de sus pelis y siempre acabo por mencionarle a él por encima del resto del reparto. Por algo será.
Siempre cuentan con él para el hacer del raro de la película. Sus personajes destacan por lo que tienen de estrafalarios, pero también de buena gente: Israel, Babirusa, el Utrera... Una y otra vez lo mismo. El único que se atreve a sacarle de este penosos encasillamiento es José Luís Cuerda con la cinta que rueda en estos mismos instantes en mi tierra de adopción. Es en Los girasoles ciegos donde podremos ver a un Arévalo metido en la piel de un sacerdote, con tonsura y todo. La verdad es que se hace raro verle por la calle corriendo con la sotana remangada. Esperemos que después de este primer protagonista vengan muchos más.
Y digo que Cuerda es el valiente que se atreve a darle otro tipo de papel porque el otro día me llevé una gran decepción con Tocar el cielo, de Marcos Carnevale. A ver, la película en sí no me pareció nada buena. Juega con muchos momentos dramáticos de lágrima fácil y poco más. El papel de Raúl Arévalo prometía en un principio, por eso de poder verle en otro registro, totalmente opuesto a todo lo anterior. Sin embargo la ilusión se queda en eso, puro espejismo, cuando una se da cuenta de que el personaje es más de lo mismo y que si hay algo distinto (no quiero contaros por si aún la queréis ver) es para que Chete Lera pueda desgañitarse un poco más. ¡Qué pena! Fidel acaba por ser el mismo de siempre, y claro, buena gente (yo también haría rabiar a Chete).
Lo dicho. Considero que aún tenemos mucho Raúl por disfrutar, siempre y cuando se cuide. Estoy deseando ver Siete mesas (de billar francés), para ver si Gracia Querejeta le ha querido un poco más que el resto. Eso espero.