domingo, diciembre 28, 2008

THE SPIRIT



Menudo chasco me he llevado con la opera prima de Frank Miller para la gran pantalla. No esperaba que pudiese alcanzar los niveles de la estupenda Sin City (Robert Rodríguez y Frank Miller, 2005), pero sí creía que un creador de comics como él podría sacarle más jugo a una historia que yo particularmente desconocía y que me ha decepcionado, mucho.
Partiendo de que el argumento es malo, los diálogos son penosos ("¡Qué alguien me traiga una corbata, y que sea roja!", grita Spirit dispuesto a comerse el mundo a puñetes), por no hablar de las digresiones / idas de olla del protagonista hablando de la ciudad, su ciudad, su todo, yo pensaba que la imagen, que esa recreación de la viñeta iba a estar más trabajada, más pensada. Y, una vez más, se equivocó la bolboreta. Se equivocaba.
No me puedo quitar de la mente el incio del film, con un Spirit que corre a trompicones por los tejados de Central City, recreado por ordenador con tan mala factura (y baba, añadiría) que las carcajadas han de reprimirse para no molestar al sufrido espectador, no vaya a ser que le guste la película (si os cuento que me las he visto para encontrar una imagen decente para el post no me creeríais, pero así ha sido amigos).
Y si nos referimos a los participantes que dan la cara por el director, no van a salir mejor parados. De Paz Vega no quiero ni hablar, porque no merece la pena gastarse la huellas dactilares tecleando para mencionar su "trabajo" inexistente.
Eva Mendes, qué decir de una actriz de la que es obvio, y mucho, el saber por qué le contratan.
De Gabriel Match se podría decir que está correcto, poco más.
De los que sí que quiero hablar, porque son los que salvan la película, si es que eso se puede lograr, que lo dudo, es de Samuel L. Jackson y Scarlett Johansson. El malo malísimo es una coña marinera, realmente ridículo y desquiciado en sus papeles de nazi, ruso y japonés (un personaje que se interpreta en múltiples facetas, acompañado de decorados especialmente pixelizados para la ocasión - que no pixelados). Jackson está muy bien en el papel de este Octopus (¿pero cuántos villanos han sido bautizados así?) tan loco que engancha. Me gustan sus patillas, su atrezzo personalizado y personalizable, todo. Está muy bien.
Y como contrapunto la rubia Johansson, muy seria y eficiente ayudante, más bien cerebro cabal, de Octopus. Es consciente de su atractivo, quizás más evidente en su cerebro que en sus curvas (al contrario que la Mendes) y lo explota al máximo (y hablo de personaje, pero también de actriz). Lo dicho, es por ellos que el film se salva, que si no...
Ahora lo dejo en vuestras manos. Vosotros, sabios cinéfagos, sabréis canalizar la mala leche que aquí plasmo y decidir si merece la pena o no gastarse los cuartos. Ya me contaréis.
¡Salud!

miércoles, diciembre 24, 2008

CINE, CINE, CINE...




¡Ay! Me siento tan afortunada de poder disfrutar de buen cine... Películas tan increíbles como El golpe (The sting, George Roy Hill, 1973) y El fotógrafo (The Cameraman, Edward Sedgwick, 1928) hacen que la profesión escogida merezca la pena.
Qué decir de dos de los más grandes: el tristemente desaparecido Paul Newman borda un papel que parece hecho a medida. Con esa cara, con esa mirada, nos engaña a todos, puede hacer de su víctima lo que quiera. No olvidemos esa partida de cartas, genial se mire por donde se mire.
Robert Refdord está estupendo en su papel vengativo. No me digáis que el final no es maravilloso. Y esa estructura en forma de cuento... No me salen las palabras y el ordenador no llega a tanto.
Pero de quién os quiero hablar de verdad y con todas mis ganas, una vez más, es del señor "Buster" Keaton. El pasado domingo asistí por primera vez a la experiencia litúrgica que es ver una película como The Cameraman en el Cine Doré. ¡Madre mía, qué sitio más entrañable! La estructura del antiguo teatro, el colorido (azul, azul y... azul), la gente de todas las edades que se acomoda a tu lado para reir y reir sin parar... Vamos, que merece la pena, seguro.
La película es genial y Keaton vuelve a arrebatarme el corazón con su rostro inexpresivo e inalterable. ¿Sabéis lo que me pasó estando inmersa en la película? Pues que este adoable personaje me hizo llorar mientras la sonrisa desbordaba mi rostro, no sé muy bien cómo me provocaba alegría y una enorme tristeza a la vez. Es el único que lo ha logrado nunca. Bueno, en realidad sí que sé por qué: porque todo lo que hace por ver a la chica, por pasar aunque sea un segundo a su lado es tan hermoso que no puedo evitar el llanto al ver cómo no le sale nada de lo que intenta, porque lo intenta todo y con todas su fuerzas. Pero, a la vez, tiene gags tan buenos que la sonrisa se escapa sin premeditación y, en ocasiones, la carcajada, pocas, muy contadas, pero espontáneas, eso sí.
Todo esto me hace pensar que me reafirmo en mis ideales, que me gusta lo que hago, que me gusta cómo soy, que así seguiremos en el año que viene.
Os deseo lo mejor en estas fechas, hoy y siempre. Que os regalen muchas películas y que ellas os deparen muchos sueños.

domingo, diciembre 14, 2008

OCULTA ENTRE LAS SOMBRAS...


... pero aquí sigo, y ya recuperada del súbito mal que me alejaba de cualquier cosa que me recordase al cine. ¿Saturación, aburrimiento, impotencia por no poder ser omnipresente y cotillear todo, absolutamente todo lo que se está haciendo? Qué sé yo. Tal vez sea que la faceta más crítica se impone de vez en cuando y me absorbe hasta el punto de descuidaros a vosotros, los fieles lectores que me seguís y me abroncáis dulcemente por abandonaros. Con toda la razón.
Pero he vuelto, con fuerzas renovadas y dispuesta a que nada ni nadie, de ninguna de las maneras, me impida seguir escribiendo. Y regreso a mi casa para hablaros de una película de reciente visualización que responde a un tema truculento y polémico, muy recurrente desde hace unos meses en mis visionados peliculeros.
Ya os hablé de Cuatro meses, tres semanas, dos días... (C. Mungiu), pero no lo hice de Trabajo ocasional de una esclava (A. Kluge), y no lo hice por la simple razón de que no me inspiró en absoluto como para comentar algo.
En este caso, la película de Mike Leigh me inspira porque me emociona. Casi se me saltan las lágrimas al ver a una mujer que va envejeciendo y se hace cada vez más pequeña según van ocurriendo los sucesos que le destrozan la vida, una vida construída en torno a la felicidad y el bienestar de los demás. Y no puedo dejar de pensar: ¡mierda! ¿Por qué a ella? ¿Por qué tenía que ocurrirle a esta mujer, ignorante pero maravillosa, incapaz de comprender lo que suponen sus actos más allá del hecho de creer que está ayudando, simplemente eso?
No este un blog con inquietudes políticas o morales, por lo que no voy a entrar en juicios que a nada llevarían. Sólo quiero destacar el trabajo de Imelda Staunton, tan creíble que asusta. Ella es Vera Drake, bebedora compulsiva de té, amante madre y esposa, amiga de sus amigos y de cualquiera que acepte su desinteresada ayuda, en ocasiones cansina, pero no por ello menos bondadosa. "Es una joya" como dice Stan en algún momento del film.
La historia pone los pelos de punta, en parte gracias a la buena fotografía, cercana al documental, que nos aproxima, como si a través de un microscopio espiásemos, a la vida de una familia de clase media - baja de la Inglaterra de principios de los 50. Y una familia curiosa, de ello no hay duda. Los actores permiten que el espectador se los crea, que compartamos sus vivencias, escasas hasta el terrible acontecimiento.
No reflexiono sobre ello, no juzgo lo acontecido, en este caso me quedo en la superficie de la piel de celuloide para hacer este comentario. Me gustan los actores, me gusta Imelda, mucho, me gusta la recreación de la gente, de la época, me gusta la fotografía, me gusta cómo tratan a Vera, me gusta la bondad de Vera.

jueves, noviembre 13, 2008

I DON´T KNOW WHY, BUT IT´S TRUE


Como habréis podido comprobar llevo unos días (demasiados) que no escribo absolutamente nada. Pues bien, la razón es que ¡¡¡no me apetece ir al cine!!!

¿¿¿¿¿Qué me pasa, doctor?????

jueves, octubre 02, 2008

LA SCONOSCIUTA


Es la última película de Giuseppe Tornatore, realizador que será recordado siempre por maravillas del Séptimo Arte como Cinema Paradiso (1988), La leyenda del pianista sobre el océano (1998) o Una pura formalidad (1994). Y es a esta última a la que remite el film que ahora nos ocupa.
Una mujer que surje de la nada, con un pasado turbio que no conocemos, pero que se nos va revelando, dosificado sabiamente, a través de flashbacks mucho más coloristas que la historia presente. Una mujer que huye de todo lo vivido, pero que ejerce una labor de búsqueda de algo que se quedó atrás, algo que no debería haber sucedido así.
Los planos son inquietantes, con numerosos picados y contrapicados realmente bonitos y, junto con la extraordinaria música de Ennio Morricone, una vez más, logran crear una sensación de intriga e inquietud en el espectador que lo mantiene literalmente pegado a la butaca las dos horas que dura (nada pesadas).
Es una historia difícil, dura, pero con retazos muy hermosos, con mucho amor de por medio, y sin un ápice de frivolidad. Kseniya Rappoport está excelente en el papel protagonista. Su papel es muy intenso y, en ocasiones, asusta el comprobar lo claras que Irena tiene las cosas, lo mucho que ha aprendido a partir de los golpes (demasiados) que la vida le ha ido propinando uno tras otro.
Recomendable 100 %.

miércoles, septiembre 24, 2008

¡ESKERRIK ASKO DONOSTI!

Por fin. Finalmente. Ya era hora. Ya puedo morir tranquila diciendo que sí, que ya he estado en el Zinemaldia. Parecía mentira, y aún no me lo creía cuando pisé el suelo donostiarra, pero era cierto, y el hecho de que Irene Visedo compartiera mi avión me lo confirmaba. Estaba inmersa en el 56 Festival de Cine de San Sebastián.




Teníamos once películas en nuestra cartera, ávidas como íbamos de cine, de superar así el mono de master que este año no fue. Y no se puede decir que fuesen buenas películas, pero qué se le va a hacer, por el argumento no se puede predecir la calidad del cine. Sin embargo, el poder asistir a sesiones masificadas, como en otros tiempos, me llenó tanto que salí satisfecha, incluso a las 02.00 a.m.




Como no me da la vida para haceros una crítica decente de todas las pelis, me limito a enumerarlas y a deciros cuáles merecen la pena desde mi humilde opinión. ¡Allá vamos!


- Entre os dedos (Tiago Guedes y Frederico Serra): lo único destacable es la maravillosa fotografía en blanco y negro. Por lo demás, no merece la pena.


- The other man (Richard Eyre): no comments. Si lo que queréis es reíros de Banderas y Neesson...


- La belle personne (Christophe Honoré): maravillosa en los enredos adolescentes y con la nouvelle Anna Karina. Léa Seydoux promete y mucho. ¡Ah! Y para fans del estupendo Louis Garrel.


- Frozen River (Courtney Hunt): una de las joyas del Festival. Espero que gane la Concha de Oro. Maravillosa la relación entre las mujeres y maravillosa Melissa Leo.


- Genova (Michael Winterbottom): qué desperdicio hecho con el argumento y con Colin Firth. Super aburrida, de telefilm de Antena 3. Por cierto, me gustaría saber cómo se le pasó lo del casco a Mr. Winterbottom, no lo entiendo.


- Burn After Reading (Joel y Ethan Coen): otra de las películas reseñables del fin de semana, y con la presencia de mi muy admirado John Malkovich. Brad Pitt sorprende y hace que el público se retuerza de risa en su asiento. Para no perdérsela.




- Heaven´s Heart (Simon Staho): interesante film, realizado con cuatro actores estupendos y un decorado limitadísimo. Bergman le nombró su sucesor y se nota.


- Lemon Tree (Eran Riklis): conflicto israelí - palestino con unos limoneros y una mujer de armas tomar por medio. No está mal.


- Amateurs (Gabriel Velázquez): la única película española que íbamos a ver y la mejor cabezada del fin de semana. Un despropósito hecho cine.


- Atlantis (Digna Sinke): nos la vendieron como sorprendente, pero no dijeron si para bien o para mal. Y resultó ser lo último. Una ida de olla futurista que no tiene ni pies ni cabeza. Aún sigo esperando una respuesta para el hombre de los brazos gigantes.


- La rabia (Albertina Carri): ¿para qué tanta brutalidad, tanta crueldad gratuita? Mucha gente se marchó del Kursaal y yo les entendí. Innecesaria mezcla de La caza y Los santos inocentes llevada al exceso.


Y esto es todo lo que pudimos ver en el fin de semana en que disfrutamos de la ciudad, sus pintxos y su ambiente festivalero. Yo me sentí como si estuviera en un tren futurista de Alphaville recorriendo la T 4, como si fuera La niña del pijama de rayas o una Dorothy caminando por pasos de cebra amarillos con mis botas rojas. La protagonista de un cuento de hadas hecho cine. Al fin.



* Fotografías: bolboreta.

martes, septiembre 16, 2008

JE SUIS LA


Maravillosa. Este es el calificativo que me viene a la cabeza cuando pienso en la Kristin Scott Thomas que protagoniza Hace mucho que te quiero (Philippe Claudel, 2007).

Una historia de dolor, un dolor que se hace cada vez más intenso, tanto que, cuando se acerca el momento en que se descubre la verdad de lo acontecido no quieres que Juliette sea redimida porque el dolor es mucho peor así, cuando una madre hace lo que ella ha hecho por amor. Simple y llanamente. AMOR.

Así que se trata de un film, la opera prima de Claudel (que desde hoy mismo está en mi lista de “interesting directors”. Habrá que seguir de cerca los pasos de este escritor reconvertido en cineasta para seguir relatando imágenes), que encoge el corazón a cada segundo que pasa, en cada silencio, a cada movimiento de cámara que se recrea en los rostros, hermosos pero hechos pedazos, especialmente el de la actriz inglesa, que expresa tanto que duele.

Me gustan los actores (magnífica también Elsa Zylberstein), me gusta la textura de la piel sin maquillajes que enmascaren sentimientos y expresiones, me gusta la luz, la recreación en una historia terrorífica que se desvela paso a paso hasta llegar a lo irremediable… En definitiva, una película necesaria, adecuada para el momento, en la línea de la ya comentada y bien valorada Cuatro meses, tres semanas y dos días (Cristian Mungiu, 2007).

Una reflexión aplicable a otros ámbitos (desde luego) y que demuestra que, a pesar de todo y de todos, je suis la.



lunes, septiembre 08, 2008

UN PASITO MÁS...

... en este afán por escribir y ser leída. Por fin ven la luz las nuevas film reviews de la revista virtual FILM-HISTORIA, dirigida por el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona José María Caparrós.
Afortunadamente (y lo digo porque me siento así, afortunada por formar parte del número XVIII de esta revista que, casualidades de la vida, celebra este año su 25 aniversario), son dos las críticas que me ha publicado en esta ocasión, a saber: American Gangster (Ridley Scott, 2007) y Mataharis (Icíar Bollaín, 2007).
Pues eso, que os dejo los enlaces y os animo a echarle un ojo a la revista, que está muy bien.

http://www.publicacions.ub.edu/bibliotecaDigital/cinema/filmhistoria/2008/film_american.html

http://www.publicacions.ub.edu/bibliotecaDigital/cinema/filmhistoria/2008/film_mataharis.html

sábado, agosto 16, 2008

THE DARK KNIGHT






The dark Knight. O El caballero oscuro. O Heath Ledger interpretando al mejor Joker que he visto en mi vida (lo siento Jack). Porque, si se me permite la licencia, él es la película, es con su actuación con la que disfruto, a pesar de que el reparto sea de lo más interesante y solvente, todo sea dicho. No pretende esta crítica ser un homenaje postmorten hacia el actor australiano, sin embargo es de justicia darle al César lo que es del César. Y en este caso ha de ser así.
Christopher Nolan firma su segunda incursión en el mundo del comic avanzando un paso más hacia la conversión de la que se inició como una historia oscura en su estética plástica (recordemos el trabajo de Tim Burton y las caracterizaciones de los personajes, con especial interés hacia los villanos multicoloridos) y que culmina con esta película que ahora nos ocupa (a mí porque la escribo y a vosotros porque sufrís su lectura), la más realista de la saga y, sin embargo, la más profunda y oscura. Esta vez se ahonda un poco más en la complejidad del personaje de Bruce Wayne y se le da un poco más de protagonismo a los secundarios, que ya no lo son tanto (buenos trabajos los de Gary Oldman, Morgan Freeman y Aaron Eckhart). La noche debía ser oscura y Batman le aporta ese toque de descenso a los infiernos que impregna el film durante las cerca de dos horas y media que dura.
La película es espectacular, en la línea de las adaptaciones que surgen de los comic, con buenos efectos especiales, sorpresas, momentos inesperados… y caos, mucho caos, siempre provocado por un personaje, el del Joker, defendido por un actor, Heath Ledger, que decidió poner en práctica las enseñanzas del de las cicatrices con un final inesperado. “¿Por qué estás tan serio?”



lunes, julio 28, 2008

BREATH



Os había prometido una crítica de la última película de Kim Ki - duk y aquí está, pero tendréis que acceder a mi otro espacio virtual para leerla. Todo esto tiene un sentido (¿o no?), ya lo entenderéis.
Sólo tenéis que pinchar en almairracional, en la columna de la derecha, algunos ya lo conocéis.



jueves, julio 24, 2008

AMÉLIE A LA COREANA


Acudí presta, rauda y veloz a la proyección de la última película de Park Chan - wook (o al revés, que con el coreano nunca se sabe), Soy un cyborg (2006). Nada más ver el cartel y leer la sinopsis estaba deseosa por verla, quería introducirme en ese sanatorio mental tan colorido, diseñado como si de una guardería se tratase, cuanto antes.
Sin embargo, al poco de empezar a correr la bobina de celuloide me di cuenta de que eran muchas las expectativas para terminar por comprobar que había demasiado de la pequeña francesa que quería hacer feliz a la gente. Y es que el peso del film de Jean - Pierre Jeunet (Amélie, 2001) es tan enorme que acaba por sepultar la originalidad del argumento. Incluso el uso de la banda sonora es tremendamente mimético.
Pero qué se le va a hacer, me dije y me acomodé como pude en la fría butaca que había escogido y me decidí a no dejar que las comparaciones odiosas (¡oh, dioses!) me estropeasen la tarde. Y sí, pude disfrutar, pero sólo en cierto modo, porque se me hizo larga, mucho.
Aún así hay momentos interesantes: el inicio de la historia, realmente complicado de seguir con tres historias a la vez y muy desordenadas; la matanza al ritmo de la música clásica (sí, me recuerda a Kubrick - I´m singing in the rain! -, pero era de esperar); los momentos en los que ella es realmente un cyborg; la violencia que le quita un poco de merengue a la historia de amor que es bonita, para que lo voy a negar; los colorines que inundan la película,...
No sé, es el típico film que le da al espectador una de cal y otra de arena. Ahora sólo me queda recuperar la Trilogía de la venganza, para comprobar si es un director que merece la pena, o no.
Tal vez Kim Ki - duk me deje menos indiferente. Ya lo comprobaréis con vuestros propios ojos.

lunes, julio 07, 2008

¿LOS CRONOQUÉEEEEEEEEEEEEE???????


¡Ay! Pues sí, ya he vuelto y, por cierto, ha sido niño. Y es más, regreso con ganas para hacer una de las mías. Ahora lo entenderéis, mis fieles lectores.
Durante estos días en los que no he escrito, me he dedicado a ver algunas películas más o menos interesantes, a saber: El último viaje del juez Feng, Mil años de oración, Antes que el diablo sepa que has muerto…., entre otras. Y ninguna de ellas me ha despertado de mi letargo de amanuense cansada de criticar porque sí, sin un motivo real más que el de seros yo también fiel.
Sin embargo, hoy me he levantado con la imperiosa necesidad de deshacerme en garabatos digitales, de desparramar mis opiniones en este pequeño espacio. Vamos, que ayer estuve mirando Los cronocrímenes (Nacho Vigalondo, 2007), y no es un error gramatical, no, estuve mirando y no viendo, aunque sí estuve escuchando y no oyendo. Ahora desenladrillo el cielo, no os preocupéis.
Una momia rosa o, mejor dicho y más bien, el hombre invisible con un criterio estético muy discutible. Ésa era la información con la que contaba antes de meterme en la ridícula sala del cine al que acudí presta a acompañar a una personita importante. ¿La sala 4? Pues sí, ésa es la confianza que se le otorga al cine español, ya veis. Y da igual qué película sea.
En fin, que comenzó la proyección y desde el principio no pude hacer otra cosa que mirar. Es que no lo pude evitar: Karra Elejalde me impedía la inmersión en la trama, en un argumento que no está mal construido, sino mal interpretado. El propio Elejalde (pues sí, ya tenemos un Bill Murray propio), Bárbara Goenaga (pobrecilla) y, especialmente, el Sr. Vigalondo, que se empeña en aparecer en sus trabajos, tal vez por el miedo a que su sello no sea perceptible desde la mera y pura dirección.
Un guión que, como digo, no estaría mal si no fuese porque se presta a crear un cierto aburrimiento cuando las cosas se repiten una y otra vez, con los mismos planos desde otra perspectiva, y ahí se queda la cosa, ni chicha ni limoná. Lo que comentamos a la salida del cine es que tal vez fuese mejor quitarle minutos al film y dejar un mejor sabor de boca en un espectador que, por lo visto, sale encantado de todas formas. ¿Será que soy muy crítica? No lo sé, o sí que lo sé, pero me molesta que se diga que este tipo de películas salva el cine español porque no es cierto. Porque las ideas nuevas (que no originales) han de ser llevadas a cabo con eficacia, que si no, el esfuerzo es inútil.
Y qué más decir… Pues que de todo este Día de la marmota me quedo con la música de Chucky Namanera (de ahí lo de escuchar, que no oír) y la fotografía de Flavio Labiano, las dos únicas motivaciones de la película. Porque ni siquiera el título funciona: de cronos, unos minutos, pero de crimen no tié ná.

lunes, mayo 12, 2008

AUTOBOMBO

Bueno, bueno, bueno, culebras... ¿Alguno recuerda que hace unos mesecillos estuve en Getafe en un Congreso la mar de interesante? Pues para el que no lo sepa así fue. Y fruto de mi participación allí con una comunicación sobre la figura de Jesucristo en La última tentación de Cristo (Scorsese, 1988) surgió una colaboración con la revista virtual brasileña O Olho da Historia, dirigida por el profesor Jorge Nóvoa, y versando, esta vez, sobre el tratamiento de la figura crística a lo largo de la Historia del Cine.
Pues bien, ya ha sido publicado y por eso os dejo el link, por si os apetece echarle un óculo.

http://oolhodahistoria.org/artigos/CONGRESO-iconografia-jesucristo-maria-argeles.pdf

martes, abril 22, 2008

ACOPIO DE MATERIAL

Lo sé, lo sé. Pero a veces ocurre que los días están faltos de horas cuando las noches cuentan con horas de más que tal vez estén de más.

Son varias las películas vistas en este intervalo, por lo que la reseña será breve y conjunta para no agotar las neuronas del personal que tan amablemente me lee.



Cuatro meses, tres semanas, dos días (Cristian Mungiu, 2007). Qué decir de este inmenso film rumano, hecho con pocos medios pero con un potencial tan abrumador que te arruga el alma hasta extremos inimaginables. Que me encantó, que salí echa polvo pero feliz de poder pensar en la sala cinematográfica, una vez más, aunque siempre a pesar de los desafortunados comentarios de los vecinos de atrás. Su director Cristian Mungiu, se arriesga con una historia poco alejada de lo cotidiano, en principio, pero que te va dejando de piedra según se desarrolla. No os perdáis la escena final, aunque la señora de detrás se quedó de una pieza: “Pero, ¿ya?” Os dejo con la intriga.


Lo mejor de mí (Roser Aguilar, 2007). Otra peli triste, qué se le va a hacer, que me gusta sufrir, por lo visto y lo ya comprobado. En este caso es la opera prima de Roser Aguilar y la chica promete. Con un reparto bien medido (grande Marián Álvarez) y un argumento enternecedor, me sentí atrapada desde el primer instante en este cuento de amor que acaba… No voy a ser malvada, sólo os digo que, de nuevo, el final es lo mejor y no porque sea el fin, precisamente. Es una historia de dos pequeña y preciosa que os recomiendo. Por cierto, que creo adivinar una nueva forma de hacer cine en Cataluña. Atentos a los movimientos de cámara y a la luz azulada que baña las escenas; a mí me remiten a Tu vida en 65 minutos (2006), de la también catalana María Ripoll.



Rebobine, por favor (Michel Gondry, 2007).
Por fin, la película cómica que mi emotividad estaba buscando para descansar un poco las glándulas lacrimales de la tristeza y poner a funcionar las de la carcajada. Los que me seguís desde hace tiempo sabéis que Gondry me gusta especialmente gracias a su poderosa imaginación desbordante, pero es que esta vez se supera al conseguir la risa en cada uno de los fotogramas que componen este homenaje al cine y al formato VHS. Por supuesto, ¡Olvídate de mí! (2004) sigue siendo mi peli favorita del cineasta francés, sin embargo, lo he pasado genial viendo a Jack Black en su salsa, junto con Mos Def y un reparto de secundarios de lujo: Mia Farrow, Sigourney Weaver, Danny Glover… No os la perdáis.


Todos estamos invitados (Manuel Gutiérrez Aragón, 2007). Y por último, la cagada del mes. Siento ser tan explícita, pero es que me da hasta pereza hablar de ella. ¡Qué mala, por Dios! Nada más empezar ya estaba pensando en salirme de la sala, con ese inicio marcado por una música hitchcockiana terrible, pero quise aguantar por ver el trabajo de Jaenada, qué más me hubiera valido irme y seguir teniéndole en estima. ¿Y qué decir de Coronado, con su cara de bífidus permanente? Es que si dijésemos que el guión es bueno, la dirección, la música… yo qué sé. Pero es que no hay nada salvable, salvo el fundido en negro que supone el alivio supremo. En serio, no vayáis a verla, de verdad.

Y esto es todo por hoy. Espero poder actualizar en breve, y con la crítica de un film que aguardo ansiosa como agua de Mayo: Lars y una chica de verdad (Craig Gillespie, 2007).

THE END.

lunes, marzo 03, 2008

DÉJA VU (II Parte)


Sí, esa es la sensación que me ha dejado la última peli de Wes Anderson. Tres hermanos marcados por un padre que se va y por la ausencia de una madre (guapísima Angelica), que deciden reunirse en el lugar más espiritual del mundo para intentar una reconciliación fraternal.
Tras un inicio original titulado Hotel Chevalier nos adentramos en el increíble mundo de la India, a través de su colorido, porque en realidad hay poco más allá de esto (y el funeral del crío) que nos contextualice la trama.
Hay que reconocer que tiene algún punto bueno y destacaría la labor de cámara, errante y anticipada a los movimientos de los personajes; incluso las ralentizaciones cuando los personajes corren una y otra vez en pos del tren. Pero poco más hay que reseñar. Esa es la pura verdad. Que me he reído un poco, pero que me habría gustado más llorar, porque eso significaría que el viaje ha servido para algo más que para esbozar en unos pocos apuntes desdibujados la situación de incomunicación y soledad de los tres hermanos que se sienten abandonados a su suerte tras la desaparición paterna.
Tal vez sea el personaje de Peter (Adrien Brody) el que más me haya gustado; incapaz de perdonarse ante la trágica muerte de su padre, asiste a otro accidente, y se redime con el nacimiento de su hijo.
A modo de conclusión, decir que los cameos famosiles no salvan un film que podría ser bueno si ahondase, escarbase más bien, en los abismos internos de los personajes. ¡Ea!, he dicho.

jueves, febrero 21, 2008

JOHNNY COGIÓ SUS CUCHILLAS

Como si de un nuevo Nosferatu se tratase, sediento esta vez de venganza y, por qué no, de cuellos y sangre que se derrama dejando a su paso reflejos fosforescentes. Así nos presenta Tim Burton al barbero diabólico de la calle Fleet, embarcado en un velero y embriagado por una rabia acumulada durante quince años.
Sweeney Todd es la arriesgada adaptación del musical homónimo de Stephen Sondheim que, a su vez, retoma la historia de Thomas Peckett (1846). Y digo arriesgada porque es de sobra conocida la fama que persigue al realizador y que le acusa de no saber contar historias y quedarse en lo pura y estrictamente formal. Pues bien, en este caso puede parecer que la falacia se hace realidad (como podéis observar, no estoy de acuerdo en absoluto con esta afirmación, hablando de la mayoría de su trabajo, que no todo).
No descubro América si afirmo que los musicales no son materia fácil para nadie y que hacen huir de las salas hasta a los más intrépidos espectadores (no es mi caso porque me encantan). Pero al tratarse de la obra de un cineasta como Burton uno ya se puede esperar mucho más: siempre le quedarán los magníficos personajes interpretados por esos actores fetiche que tantas alegrías le dan y que se desenvuelven con soltura en el arte del cante, esos decorados alucinantes que hacen que el Londres decimonónico inquiete el alma, los efectos especiales que traspasan la pantalla y empapan de sangre...
He de decir que le encuentro muchas cosas buenas y alguna que otra no tan buena (o mala, si preferís. Me cuesta decir esto...): Johnny Depp es la más buena de todas. Esta vez se merece el Oscar, no sólo por esta maravillosa interpretación atormentada, si no por toda una carrera magnífica. Pero no se lo darán... o sí! Los demás actores están muy bien, quizás los peores sean los jóvenes y tal vez sea debido a que sus papeles son los más ñoños y pastelones. Y los veteranos, como Alan Rikman y Timothy Spall (mi descubrimiento del día) están excelentes, como siempre.
Vayamos a lo malo: a menudo se hace lenta, muy lenta, pero es algo normal que se debe a los números musicales. No creo que sea algo fácil de evitar y sucede con obras maestras como West Side Story, así que... También hay algún abuso por repetición, como el precisoso encuadre de Sweeney con la ventana abuardillada de fondo que, cuando está con las cuchillas alzadas, recuerda al adorable Edward (también los créditos me trasladaron a la historia del ser con tijeras en vez de manos); o las caídas de los cadáveres por la trampilla, que se suceden muerte tras muerte...
Bueno, me parece que me estoy excediendo y seguro que me olvido de muchas cosas. Ahora os toca a vosotros discrepar.

jueves, febrero 14, 2008

NO COUNTRY FOR OLD MEN

Con una escena que para mí es de lo mejorcito de la película. Así comienza la cacería que nos han preparado los Coen, mezclando un poquito de cada género para trasladar el libro de Corman McCarthy a la gran pantalla (¿pero eso sigue existiendo?). Quiero empezar este breve reseña con los actores, que están sobresalientes a lo largo de todo el film, destacando Josh Brolin, que parece que empieza a escoger buenos papeles. Bardem da verdadero miedo en ocasiones, con esa pinta de psicópata que más sabe por diablo que por viejo. No sé si le otorgarán el Oscar al Mejor Actor de Reparto, pero su actuación nos devuelve al Bardem en estado puro que tanto me gusta (y es que su físico le condiciona, y eso debería saberlo - véase Mar adentro, 2004).

Lo que más me ha gustado es la excelente fotografía de Roger Deakins que nos traspasa al salvaje oeste, aunque nada más empezar la película se me ocurre la comparación con La caza (Carlos Saura, 1966) y reafirmo mi impresión de que, en ocasiones, el blanco y negro puede traspasar la pantalla y recrear el sol de pleno, el agobio y la asfixiante sensación de estar asistiendo a una cacería humana mejor que todos los colores del arco iris.

Sin embargo, el preciosismo de esos clarosocuros tan bien escogidos me deja embobada.

Me gusta la mezcla de géneros (nunca me ha parecido que haya nada que reprochar), me gusta el estilo bronco de la imagen y de la historia, me gusta el reparto y su labor… En general salí del cine con buen sabor de boca quitando un par de diálogos de relleno y algún tiempo muerto, no obstante un poco molesta por una escena más que previsible que no debería desvelar ocultándome en un spoiler. Y aquí sí que coincidimos, querido Iban. Y es que Bukowski tenía razón.


sábado, enero 12, 2008

EMIGRO


El viento ha cambiado de rumbo y la veleta ya se mueve al compás, marcando el sentido del viaje que se antoja corto. Poco tiempo es pasar seis horas en un tren si eso supone el inicio de una nueva etapa que asoma la patita por debajo de la puerta y no muestra trazas de lobo.
Me espera un trabajo en una ciudad que no deja de ser nueva aunque cada vez ansíe más volver. La posibilidad de ampliar la siempre escasa formación (nunca es suficiente cuando de cultura se habla). La actividad frenética que me impide estar quieta un solo instante, que me lleva de la mano en un viaje alucinante por un tiempo que se aprovecha mejor cuanto más horas se tengan ocupadas en las más variadas actividades.
Y Enrique Bunbury se convierte, una vez más, en el bardo de mis emociones. Os queria dejar con una de las canciones que más me gusta del disco que le salió perfecto, El extranjero, pero no se deja coger. En cuanto pueda os la pongo, que merece la pena.
Chicos, me marcho becada a Madrid y todavía no me lo creo. Ahora estaré más lejos de unos y más cerca de otros. Pero os quiero igual.

jueves, enero 10, 2008

ARTURO BALTAR



Ya iba siendo hora de que su ciudad natal le rindiese un más que merecido homenaje, pues Arturo Baltar es uno de los máximos exponentes del arte ourensano y gallego por extensión. La exposición de su belén es una de las citas ineludibles en nuestra Navidad y son muchos los que, como yo, recuerdan el paso, año tras año, por la iglesia de los santos Cosme y Damián para admirar las hermosas figuritas que nada tienen que envidiar a las que protagonizan los belenes napolitanas. Pero esta exposición va más allá.
El barro concibe las formas más expresionistas en las manos del artesano (este calificativo está colocado con la máxima consciencia y no se debe entender como un descalificativo en la línea del debate renacentista artista – artesano). Sus escenas de género muestran realidades pasadas protagonizadas por seres de rostros redondos que lejos de ser iguales, como puede parecer a simple vista, muestran expresiones muy diversas. Los colores pastel dotan a dichas escenas de un aura mágica que hace que el espectador quiera asomarse una y otra vez a la ventanita por la que espiamos la tertulia de los cafés o la partida de cartas que juegan los vecinos en la rebotica del farmacéutico. Hay que decir que el montaje de la exposición es muy bueno, con los claroscuros que invitan al voyeurismo dentro de las cajas que salvaguardan y trampantojan los momentos condensados en un instante.
Completan la muestra una serie de pequeñas figuras y bajorrelieves que dan idea de la gran influencia goyesca que se puede apreciar en toda la obra de Baltar.
No quiero terminar sin incluir un breve fragmento del hermoso texto escrito por José Paz para el folleto de la exposición:
Baltar, o escultor, o bo como diría o outro, é ese neno grande e presumido ao que desde sempre lle apaixonaron as flores, por iso fixo da súa vida un xardín marabilloso. Miúdo, introvertido, melancólico, un ser enamoradizo para quen o verdadeiro amor é aquel que non é correspondido. Os ollos tórnanselle vidrosos ao rememorar como nace o amor, como todo múdase nun efecto máxico que transforma a realidade. “O amor correspondido é outra cosa.”Acudir a el é como iniciarse nunca viaxe sen fin cara ao interior, como facer un pacto co tempo para aproximarse á esencia da beleza que nos evoca esa Galicia soñada e idealizada que esmorece a favor de un movemento desmedido.”
Me causa gran alegría que el homenaje se le haga en vida porque no hay por qué esperar a que falten para aplaudirles. Para Jaime Quessada ya es demasiado tarde (la segunda imágen es obra suya).

AMERICAN GANGSTER





Los polos opuestos se atraen. Esa es la clave de la última película de Ridley Scott. El hermano mayor de Tony parte de una historia real para llevar a la pantalla una trama violenta, en su línea, pero con moraleja detrás.
Dos hombres, dos morales. Siguiendo la senda abierta por Francis Ford Coppola, Scott nos muestra el ascenso al poder de Frank Lucas, un afroamericano que ascendió a lo más alto dentro de la mafia de las drogas. El mejor producto al mejor precio en la coyuntura de una sociedad desestructurada por una guerra estúpida (¿cuál no lo es?) que sólo aportaba muerte y adicción era el contexto ideal para este hombre amoral pero eficiente y profesional.
En el otro lado Richie Roberts, un bicho raro dentro del cuerpo policial del New York setentero, bien recreado, por cierto. Con una vida familiar fracasada pone todas sus energías en el trabajo y en su deber como policía, lo que le vale granjearse la enemistad de sus colegas corruptos y las burlas de todos.
Los dos se complementan a la perfección porque en el fondo son iguales. Cada uno hace su trabajo lo mejor que puede, y no dudan en sacrificar a su familia para que todo salga bien. Por eso acaban entendiéndose.
La película tiene buenos momentos trepidantes y otros tantos que recuerdan a la saga de El padrino, parte de lo cual se podría haber eliminado para evitar odiosas comparaciones ya que no supondría ningún problema porque el pero es que se hace un poco larga.
Washington y Crowe están muy bien en sus roles y la pena es que el duelo interpretativo se demore tanto y sólo dé para unos breves minutos con poca chicha. Quizás sea eso lo que le falte para ser un film redondo, un cara a cara menos diplomático. En cualquier caso es un film interesante y recomendable.