sábado, agosto 16, 2008

THE DARK KNIGHT






The dark Knight. O El caballero oscuro. O Heath Ledger interpretando al mejor Joker que he visto en mi vida (lo siento Jack). Porque, si se me permite la licencia, él es la película, es con su actuación con la que disfruto, a pesar de que el reparto sea de lo más interesante y solvente, todo sea dicho. No pretende esta crítica ser un homenaje postmorten hacia el actor australiano, sin embargo es de justicia darle al César lo que es del César. Y en este caso ha de ser así.
Christopher Nolan firma su segunda incursión en el mundo del comic avanzando un paso más hacia la conversión de la que se inició como una historia oscura en su estética plástica (recordemos el trabajo de Tim Burton y las caracterizaciones de los personajes, con especial interés hacia los villanos multicoloridos) y que culmina con esta película que ahora nos ocupa (a mí porque la escribo y a vosotros porque sufrís su lectura), la más realista de la saga y, sin embargo, la más profunda y oscura. Esta vez se ahonda un poco más en la complejidad del personaje de Bruce Wayne y se le da un poco más de protagonismo a los secundarios, que ya no lo son tanto (buenos trabajos los de Gary Oldman, Morgan Freeman y Aaron Eckhart). La noche debía ser oscura y Batman le aporta ese toque de descenso a los infiernos que impregna el film durante las cerca de dos horas y media que dura.
La película es espectacular, en la línea de las adaptaciones que surgen de los comic, con buenos efectos especiales, sorpresas, momentos inesperados… y caos, mucho caos, siempre provocado por un personaje, el del Joker, defendido por un actor, Heath Ledger, que decidió poner en práctica las enseñanzas del de las cicatrices con un final inesperado. “¿Por qué estás tan serio?”