martes, septiembre 16, 2008

JE SUIS LA


Maravillosa. Este es el calificativo que me viene a la cabeza cuando pienso en la Kristin Scott Thomas que protagoniza Hace mucho que te quiero (Philippe Claudel, 2007).

Una historia de dolor, un dolor que se hace cada vez más intenso, tanto que, cuando se acerca el momento en que se descubre la verdad de lo acontecido no quieres que Juliette sea redimida porque el dolor es mucho peor así, cuando una madre hace lo que ella ha hecho por amor. Simple y llanamente. AMOR.

Así que se trata de un film, la opera prima de Claudel (que desde hoy mismo está en mi lista de “interesting directors”. Habrá que seguir de cerca los pasos de este escritor reconvertido en cineasta para seguir relatando imágenes), que encoge el corazón a cada segundo que pasa, en cada silencio, a cada movimiento de cámara que se recrea en los rostros, hermosos pero hechos pedazos, especialmente el de la actriz inglesa, que expresa tanto que duele.

Me gustan los actores (magnífica también Elsa Zylberstein), me gusta la textura de la piel sin maquillajes que enmascaren sentimientos y expresiones, me gusta la luz, la recreación en una historia terrorífica que se desvela paso a paso hasta llegar a lo irremediable… En definitiva, una película necesaria, adecuada para el momento, en la línea de la ya comentada y bien valorada Cuatro meses, tres semanas y dos días (Cristian Mungiu, 2007).

Una reflexión aplicable a otros ámbitos (desde luego) y que demuestra que, a pesar de todo y de todos, je suis la.



1 comentario:

Anónimo dijo...

otra que tengo que ver. Pero no tengo tiempo material para tanta actividad. En el peor de los casos siempre me queda el DVD