martes, abril 07, 2009

SER Y, A PESAR DE TODO, SER






¡Vamos a ver Hamlet!

No nos lo podemos perder si es Tomâz Pandur quien rubrica este nuevo montaje.
Ciertamente, tras haber asistido a la representación de Barroco, las expectativas son inalcanzables casi de tan altas.
Las lenguas se sueltan y cuentan cosas que no quiero escuchar. Quiero llegar a las Naves del Español, sentarme en mi butaca, lejos de mis acompañantes porque no hay más remedio, abrir bien los ojos, tener los oídos prestos. Sé que la sensorialidad va a ser un punto importante. Es lo que tiene ser una veterana en cuestiones de Pandur.
Una escenografía impactante en la que predomina el agua. Agua en la superficie, agua en el interior, agua que inunda, agua que desborda, agua que cae y que se remueve y ensucia. Agua.
Y manzanas, símbolo del deseo y del pecado. Todos muerden, luego todos lo son.
Blanca Portillo como un Hamlet asexuado, universal. Todos somos Hamlet (como me disgusta esta frase usada equívocamente con la mejor de las intenciones. Igual que un aplauso incomprensible al paso del ataúd).
Blanca Portillo desnuda, en cuerpo y alma. No hay nada más acertado para discernir cuál es el sentido último de la vida, una vida que, en ocasiones, escapa a nuestro entendimiento.
El catálogo de vicios es interminable, todo lo peor del ser humano en cuatro horas de espectáculo. ¿Quizás lo mejor? Para eso somos humanos y eso hace que lo seamos.
Amor, odio, pasión, hedonismo, traición, venganza… a cada cual sus males, que ellos se las compongan como puedan.
Pese a todo, una sale del Matadero (la frase queda que ni a propósito, aunque así sea) con la mirada alegre, con la vista alegrada (todo sea dicho) y con ganas de más. De más Hamlet, de más cabaret ambulante, de más Pandur. No sé si aguantaré hasta que estrene el epílogo de la trilogía, Medea.

¡Vayamos a por todas! ¡Acompáñame!

1 comentario:

Gustavo Prieto dijo...

Entonces te gustó... ays cuando te sale la vena poética... besiños