lunes, mayo 30, 2011

MIDNIGHT IN PARIS (WOODY ALLEN, 2011).







¡Spoilers! No digan que no aviso...



Woody Allen ha filmado la película que me habría gustado protagonizar.

Al igual que el personaje interpretado por Owen Wilson me hubiera gustado habitar París en los felices años 20, recorrer sus calles para tropezar con Dalí montado en un rinoceronte imaginario (es un decir...) o ver bailar a la exótica Josephine Baker con su falda de plátanos.

¿Será que cualquier tiempo pasado fue mejor? Ésta es la pregunta que se hace el realizador neoyorquino en el que, hasta el momento y en vista de las pre-producciones, es su último largometraje, Midnight in Paris (2011). Y la conclusión, pese a todo, es muy clara. Pero no adelantemos acontecimientos que así, ya de paso, les mantengo con la intriga, si es que se arriesgan a leer la reseña sin haber visto el film.

Allen nos regala (sí, señores, me ha gustado. Y mucho) una película pequeña, sin grandes pretensiones, sencilla... pero muy onírica y divertida. He de decir que, después de haberle abandonado tras Match Point (2005), que no me gustó (no me tiren nada, por favor), el reencuentro ha sido de lo más agradable.

El espíritu es el el mismo, en el fondo: el estudio de las relaciones, básicamente entre hombres y mujeres, siempre con el apoyo de unos diálogos hilarantes y aportando de nuevo un fondo crítico hacia la sociedad actual.
En este caso se trata de una pareja que se haya a las puertas del altar y que viaja a París con los padres de ella. Conflicto asegurado, estarán de acuerdo conmigo. Y más si se ve a leguas que Inez (Rachel McAdams) no está enamorada de Gil porque no tienen nada en común. La sensibilidad nada puede contra el materialismo o eso puede parecer en un primer momento.

Tras tener la increíble experiencia de vivir en un tiempo que se imagina extraordinario (siempre he pensado que la reunión de genios en el París de los años 20 lo fue), parece que Gil quiera quedarse anclado en el pasado, al lado de otra incomprendida, la hermosa Adriana (Marion Cotillard). Sin embargo es consciente de que allí está de prestado, que su tiempo es otro y que la vida y el destino le deparan sorpresas. Pero, claro, ya ha pasado por la experiencia de aconsejar a Buñuel (es el único personaje que no me gusta de toda la película. No me lo imagino yo así a don Luis. Sin embargo el Dalí de Adrien Brody es de lo más gracioso). Envidia siento, así se lo digo.

Así que, pese a todo ello, y como decía antes, la decisión es fácil de tomar y todo lo hermoso y emocionante está de enhorabuena.

Y, a grandes rasgos, y sin ánimo de descubrir más el argumento, de esto se trata. Y sólo añadir que, si se dejan, el buen rato y las sonrisas (alguna risa que otra también) están aseguradas. A los hechos me remito.

Salud, señores.





lunes, mayo 16, 2011

LA MIRADA DEL SAMURÁI: LOS DIBUJOS DE AKIRA KUROSAWA





Continúa mi trabajo para la revista TalentyArt.

La mirada del samurái: los dibujos de Akira Kurosawa


María Vaquero - TalentyArt.com

«¿SON DIGNOS LOS DIBUJOS DE MIS STORYBOARDS DE SER LLAMADOS ARTE?»

Akira Kurosawa (1910 – 1998), uno de los cineastas más importantes de todos los tiempos, se cuestionaba de esta forma su estilo a la hora de crear imágenes, pero esta vez con pastel y acuarela sobre papel.

El Museo ABC no ha dudado a la hora de albergar la interesante exposición comisariada por Josep María Caparrós, recogiendo parte de los numerosos dibujos hechos en su momento con el fin de convencer a las productoras para rodar en tiempos de crisis. Así, partiendo de una primera sección general e introductoria con datos y carteles de los films, el espectador se adentra en una muestra que resulta un tanto caótica. Y es que, a pesar de la clara intención de ser una exposición guiada, con paneles que dividen la estancia en diversos pasillos, no es fácil hacer un recorrido cronológicamente ordenado.

Pese a todo, y como lo que importan son los dibujos al fin y al cabo, se puede apreciar la vocación didáctica de la selección de obras, al igual que el valor explicativo de las cartelas.

LA RELACIÓN ENTRE LAS ARTES

Kurosawa demuestra la formación artística adquirida en sus años de juventud, cuando deseaba entrar en la Academia de Arte de Tokio, algo que no consiguió. Tal vez eso haya sido una suerte para la Historia de Cine, tal vez el mundo se haya perdido a un buen pintor. Sea como fuere, en esta ocasión y a través de la selección de storyboards de varias de sus películas, se quiere destacar cómo arte y cine se relacionan en sus obras. Así, se observa cómo el uso de la luz, el color, las texturas o las composiciones utilizadas en el celuloide remiten a las enseñanzas artísticas puestas en práctica en estos dibujos.

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Créditos del dibujo: Muerte de Yamagata Masakage, la bandera del fuego (para la película Kagemusha)..